
La primera la española, con burbujas y a lo loco, como si estuviésemos viendo la casa de los mil pasillos (os he dicho que adoro esa O con burbuja incluida) desde un espejo que deforma toda la habitación, o más bien desde una burbuja sobre la que corren Peter, Charmain y Waif; con ese libro y las gafas de Charmain tan a mano, muy mona, me gustaría más si... No sé, si fuesen mis letras amorosas que llevo adorando desde que las descubrí, pero las dejo para el final, como todo lo mejor, para el final.

Charmain abriendo una puerta después de haber dado un giro en el sentido de las agujas del reloj, moverse hacia la derecha y dar dos vueltas, ¿o eran tres? Seguro que la pobre ya se ha vuelto a confundir, tantos sitios diferentes, por un solo giro que cambies, como la de puertas que ser ven en el dibujo a modo de todos los lugares a los que puede llegar.

Y... No tengo palabras, llevo pregonando mi amor a estas letras amorosas con tantos dibujos desde... No sé, siglos, desde que las descubrí, llevo diciendo que lo de abajo no es rosa sino morado extraño desde hace todavía más tiempo, me compré el libro porque me gustaba mucho la historia, pero también porque no pude tener estas letras amorosas ni con el castillo ambulante ni con el castillo en el aire, pero no os preocupéis que algún día las tendré, mis tres libros con sus letras en las que aparecen personajes o cosas de la historia.