Autor:
Marissa Meyer
Traducción:
Laura Martín de Dios
Título:
Cinder. Crónicas lunares I
Título
original:
Cinder.Book one in the Lunar Chronicles
Editorial:
Montena
Número
de páginas:
302 (ebook)
Fotografía de cubierta:
¿Por
qué lo leí?
Con este libro me pasó una cosa rarísima,
al principio no me llamaba nada, los retelling no me van mucho, y si encima es
un retelling sobre la Cenicienta (siempre seguirá siendo culocenizón en mi
corazón, yo estoy con Perrault, y eso que su versión fue “puritanizada”, pero
por lo visto no lo suficiente) que es un cuento que no me va mucho (yo soy team
la sirenita y reina de las nieves, creo que más que por la historia porque
fueron los primeros libros de cuentos ilustrados que tuve y eso marca mucho),
por no hablar que el zapato de cristal en la versión de Perrault no era de
cristal, sino que pasó a ser “de cristal” por una mala traducción y así se
quedó, por lo visto, los malos traductores no vienen ahora de serie, sino que
ya existen precedentes “de antiguo”. Pero al final todas las reseñas que veía
eran de 4/5 para arriba y la portada me tiraba mucho, ya sabéis yo tenía un día
de consumismo, el libro estaba allí... El resto os lo cuento en esta reseña.
Resumen:
Bienvenidos a Nueva Pekín, metrópoli central de un mundo futuro donde humanos, ciborgs y androides coexisten en precaria convivencia, amenazados todos por una extraña y caprichosa plaga mortal para la que los científicos no encuentran cura.
Esa es la ciudad en la que vive Linh Cinder o, simplemente, Cinder, una ciborg que, por serlo, es odiada y despreciada por todos, y sobre todos, por Adri, su madrastra, cuyo amor y respeto jamás ha tenido a pesar de que gracias al trabajo de Cinder ella y sus dos hijas, Pearl y Peony, pueden salir adelante y aparentar más de lo que son. Aunque no todo son malas noticias: Peony es su mejor amiga. Su mejor amiga humana.
Sabe que no lo logrará, pero no deja de alimentar la esperanza, que sabe vana, de ganarse el favor de su familia y de ir, ¿por qué no?, al baile real que cada año se celebra en Palacio. Pero es el cuento de nunca acabar porque Adri, que no deja de prometerle lo mejor para cuando acabe lo que sea que tiene que hacer, siempre le tiene guardada una tarea nueva, que arregle el levitador o cualquier otro cachivache.
Porque Cinder es la mejor mecánica de Nueva Pekín, y tan grande es su fama que el mismísimo Príncipe Kaito, heredero de la Comunidad Oriental, ha acudido a su cuchitril en el mercado para confiarle el arreglo de su androide. «Contiene información confidencial y es una cuestión de seguridad nacional que la recupere… antes de que lo haga otra persona», le explica.
Vale, Cinder es una ciborg pero no es de piedra, y ese príncipe se demuestra capaz de alterar todos sus circuitos. Pero se cierne sobre ella, sobre ellos, una amenaza más grave que el enamoramiento: la de una fuerza procedente del espacio exterior que aguarda el momento adecuado para atacar la Tierra.
Esa es la ciudad en la que vive Linh Cinder o, simplemente, Cinder, una ciborg que, por serlo, es odiada y despreciada por todos, y sobre todos, por Adri, su madrastra, cuyo amor y respeto jamás ha tenido a pesar de que gracias al trabajo de Cinder ella y sus dos hijas, Pearl y Peony, pueden salir adelante y aparentar más de lo que son. Aunque no todo son malas noticias: Peony es su mejor amiga. Su mejor amiga humana.
Sabe que no lo logrará, pero no deja de alimentar la esperanza, que sabe vana, de ganarse el favor de su familia y de ir, ¿por qué no?, al baile real que cada año se celebra en Palacio. Pero es el cuento de nunca acabar porque Adri, que no deja de prometerle lo mejor para cuando acabe lo que sea que tiene que hacer, siempre le tiene guardada una tarea nueva, que arregle el levitador o cualquier otro cachivache.
Porque Cinder es la mejor mecánica de Nueva Pekín, y tan grande es su fama que el mismísimo Príncipe Kaito, heredero de la Comunidad Oriental, ha acudido a su cuchitril en el mercado para confiarle el arreglo de su androide. «Contiene información confidencial y es una cuestión de seguridad nacional que la recupere… antes de que lo haga otra persona», le explica.
Vale, Cinder es una ciborg pero no es de piedra, y ese príncipe se demuestra capaz de alterar todos sus circuitos. Pero se cierne sobre ella, sobre ellos, una amenaza más grave que el enamoramiento: la de una fuerza procedente del espacio exterior que aguarda el momento adecuado para atacar la Tierra.
Este es el primer libro de una tetralogía,
el siguiente, Scarlet (protagonizado por
caperucita roja), también está publicado, a este le seguirán Cress (que
significa berros y está protagonizado por Rapúnzel,
porque en realidad, la historia que me leí de ella, la de los hermanos Grimm,
por lo menos, ella se llama Rapóncigo y la encierran en una torre por un antojo
de embarazada de la madre que hace que robe un “rapónchigo”, lo que provoca que
la “dueña del jardín” la encierre de por vida a la pipiola en la torre por
culpa de este delito paterno, y diréis ¿qué tendrán que ver los berros con los rapónchigos? Pues qué más dará que la madre tenga antojo de unos que de otros, tampoco es que la historia cambie tanto, su primogénita se tiene que quedar con la dueña del jardín de todas maneras) y Winter (cuya protagonista será blancanieves, creo
que invierno y Blancanieves tienen una fácil asociación, no menosprecio la
inteligencia de mis lectores). Aunque de por medias tenemos la crónica lunar
0.5, que se titula Glitches (algo así como problemas), y la crónica lunar 1.5
The queen’s army (algo así como el ejército de la reina, que si os habéis leído
Cinder seguramente sabréis por dónde van a ir los tiros). Como off topic y preocupación
principal que tengo es ¿cómo van a hacer con Winter donde no hay ninguna c que
haga de lunas (si os fijáis en las c de Cinder y de Scarlet tienen forma de
media luna, con Cress, también hay c a la que agarrarse, pero como no hagan lo
mismo con la e de winter o con la n no sé cómo van a seguir con ese punto en
común) para seguir el mismo patrón?
Cinder se compone de “4 libros” que a su
vez se subdividen en capítulos. El principio de Cinder fue medianamente bien,
pero al final acababa sobrecargada de tanta tecnología, supongo que soy más de
magia que de aparatos, ¿qué le voy a hacer? Y a mí que me salgan con
interfaces, coms (que vale, soy un poco inculta con esos temas, ¿qué le voy a
hacer?) y demás sin más explicaciones pues me descoloca un poco, no digo que al
final no te hagas una idea de qué es qué y el libro ya es bastante
introductorio (a veces tenía que releer la página varias veces porque de tanta
descripción me perdía en mis mundos de Yupi) como para explicar más, pero ¿para
qué leñes existen los asteriscos o notas al pie de página si no los utilizan?
Que lo expliquen allí y si no necesitas la información, pues no la lees y punto
pelota. Vale, eso le añade originalidad al libro, que es un valor a tener en
cuenta, pero lo dicho NOTAS AL PIE DE PÁGINA, porque lo siento mucho, pero los
apéndices no son lo mío, salvo cuando lo escribe N.K. Jemisin.
Conforme iba leyendo el libro veía las
referencias a la Cenicienta, pero no el “copia el cuento tal cual”, que es lo
que sientes al leer algunos retelling (lo cual es un poco vergonzoso, que te
paguen por copiar y cambiar 4 palabras), pero a la vez que veía las referencias
a la Cenicienta, no paraba de ver similitudes con Sailor Moon, al principio
empezó con lo de la reina de la luna y entonces ya dije, venga, Ifi, deja las
idas de ollas, luego me encontré con Nueva Pekín y yo diciendo, anda, como
Nuevo Tokio; que la princesa perdida de la luna se llama Selene... Y así hasta
que final llegas a la parte de agradecimientos y lees “al ejército de seguidores
de Sailor Moon” y entonces ya todo se aclara. Bueno es que la narración sea en
tercera persona y siguiendo pricipalmente las acciones de Kai y Cinder, porque
ya empiezo a estar harta de la narración en primera persona.
Sin embargo, aunque la ambientación es original, no diría lo mismo de los
“chinos” o como se llamen a los habitantes de nueva Pekín, quiero decir, para
ser chinos, parecían muy europeos, no sé cómo explicarlo, pero había reacciones
que parecían más de “occidente que de oriente” (no me refiero a los tratamientos, que esos se notaba a la legua que estaban bien, sino a que había pocas inclinaciones, demasiado contacto físico, no sé cómo explicarlo mejor), y, encima que por una vez no
todo sucede en América, me siento culpable por no valorar el esfuerzo de ver
más allá.
Como la historia es lineal, no es que vayas
viendo las cosas antes de que pasen, sino es que empiezas
el libro y ya sabes prácticamente cómo va a acabar, es muy triste, pero
así es, lo triste es que cuando llega lo interesante, estás a 10 páginas de
terminar el libro y te quedas como ¿ein?. Por no hablar de la personalidad de
Cinder, que siempre se acaba cabreando con quién mejor se porta con ella, y,
eso es una de las cosas que más odio de los protagonistas, que se cabreen, no
con quien les putea, sino con quien pueden abusar, pasar de víctimas a matones
en 0.2 segundos; eso y sus continuas quejas de “no soy lo suficientemente
buena”; si tengo que elegir algún personaje, me quedo con Iko, la robot es muy
salada ella, me ha recordado a R2D2 si el pobre pudiese hablar (aunque como es
mi personaje favorito de la guerra de la galaxia, sus pitidos siempre han sido
suficientes para mí).
En
resumen: un libro original que no se limita al copia y pega, pero predecible y
con un ritmo bastante lento.
Extra, extra:
Booktrailer: